Con las ferias de vino que aparecen por todos lados en otoño, es un buen momento para darse un capricho y optimizar el espacio al mismo tiempo con una bodega en casa. ¡Es la época ideal para hacerles hueco a tus botellas favoritas y a las que vendrán!

Consigue un espacio de almacenamiento
Si amas el buen vino, seguro que te gusta ordenar las botellas, clasificarlas y cuidarlas. Para conservarlas en las mejores condiciones, la solución es disponer de una bodega: si tienes la suerte de tenerla, es ahí donde debes guardar tus botellas. O también puedes optar por instalar una bodega eléctrica en la cocina o en el garaje. Si, por el contrario, no dispones de ninguno de estos elementos, no desesperes, tenemos la solución.

Conserva el vino en condiciones óptimas
Dado que los aromas del vino son delicados, también son extremadamente frágiles. Por eso hay que seguir algunas reglas precisas a la hora de conservar el vino:
- Pon el vino en posición horizontal: esta es la posición recomendada para optimizar la conservación del vino. Es importante que el vino permanezca en contacto con el corcho para humedecerlo. De esta forma, no pasa demasiado aire y evitamos que se seque y se desmorone. Y no te preocupes, esto no dará sabor a corcho a tu vino. Lo mejor es utilizar botelleros compartimentados en los que puedas colocar las botellas tumbadas.
- Vigila la temperatura: el vino agradece un frescor de entre 12 y 14° si es posible. Sin embargo, entre 10 y 20° también sirve, solo que no debe sufrir cambios bruscos de temperatura. Así que usa un termómetro para controlar la temperatura de la habitación.
- Controla el nivel de humedad: lo ideal es conservar el vino en un lugar con un nivel de humedad de entre el 65% y el 75%. Por debajo del 65% existe el riesgo de que el corcho se seque. Al dejar entrar demasiado aire, el vino se oxida. Para mantener el control, utiliza un higrómetro.
- Evita la luz: guarda las botellas lejos de la luz para evitar la degradación de los pigmentos del vino. Una bodega es ideal para ello, pero si no, un garaje o un armario también sirven.

Guarda el mayor número posible de botellas
En lugar de desperdigar tus botellas por toda la casa, decídete por una única zona de almacenamiento. ¿Sabías que nuestros cubos de madera para vino son apilables? Están diseñados para guardar entre 12 y 16 botellas, según el modelo que elijas. Así, puedes crear una solución de almacenamiento que se adapte al espacio del que dispones. Por ejemplo, en una columna vertical u horizontal, o incluso debajo de una escalera, para aprovechar al máximo el espacio disponible. Un portaetiquetas en cada cubo facilitará la identificación de las botellas y su clasificación por tipo de vino, año o región. Y en cuanto a la estética, las botellas ordenadas a lo largo de una pared, siempre quedan muy bien. ¡Como en una tienda de vinos!

Deja algunas botellas a la vista
Tener unas cuantas botellas a mano puede ser muy práctico e incluso decorativo. En nuestros portabotellas metálicos hay espacio para 6 botellas. Tanto si guardas vino para la cocina como el que guardas para los días especiales, estos expositores quedan genial en la encimera de la cocina, en la mesa, o en algún rincón del salón.
Incluso puedes utilizarlos como punto de partida para un aperitivo o una cata de vinos con tus amigos. Coloca las botellas que vayas a servir en el botellero. Al lado, añade una cubitera, un sacacorchos, el número de copas que necesites y algo para picar: queso, embutidos, verduras crudas, frutos secos o fruta de temporada… Si quieres algo más sofisticado, prueba con verrines, un pastel salado o hojaldres caseros. ¡No olvides las servilletas y que cada uno elija a su gusto!

Por último, si lo tuyo es más el agua, la leche y los zumos, nuestros portabotellas no discriminan: ¡caben todas tus botellas, sean cuales sean!