Es difícil no distraerse cuando se trabaja en un escritorio sobrecargado.
Einstein decía que un escritorio es como el cerebro de su dueño. Por tanto, podemos concluir que un escritorio sobrecargado corresponde a una mente desorganizada. En cambio, un escritorio vacío pertenece a una persona con un coeficiente intelectual bajo. Cierto o no, quizá sea mejor encontrar el equilibrio entre ambos.
He aquí algunos consejos para organizar tu espacio de trabajo. Así, lo convertirás en un lugar acogedor que estimule tu creatividad y te ayude a mantener la mente despejada.
1) Realmente, ¿lo necesito?
No es la parte más divertida, pero es necesaria. Por descuido o falta de tiempo, a menudo tendemos a guardar y acumular papeles. Así que echa un vistazo a tus armarios y cajones y guarda sólo lo imprescindible.
Consulta las páginas web oficiales para saber qué documentos hay que conservar y durante cuánto tiempo. Algunos, como los documentos del estado civil, las facturas de compraventa y todos los documentos relacionados con la salud, deben conservarse de por vida. Otros, como los extractos bancarios, las nóminas o las facturas de la luz, deben guardarse unos años. Así que tómate tu tiempo para averiguar lo que necesitas saber (es fácil hacerlo en Internet). De esta forma, podrás ordenar tu documentación y aligerar tus estanterías y cajones.
Lo mismo ocurre en tu lugar de trabajo: puede que haya archivos que ya no sean relevantes y de los que puedas deshacerte.
Y no tengas miedo de deshacerte de material de oficina inservible. Bolígrafos que ya no escriben, barras de pegamento secas… En resumen, cualquier cosa que ya no necesites o no funcione.
A la derecha: © Alvhem – alvhem.com – @alvhem
2) Elige complementos de almacenaje
Una vez que hayas despejado el desorden de tu oficina, es hora de elegir complementos de almacenamiento que te ayuden a encontrar más fácilmente lo que buscas.
- Invierte en archivadores etiquetados en los que puedas agrupar los papeles importantes por años o por categorías. Para facilitarte las cosas, utiliza carpetas de cartón que te permitan crear subcarpetas. Por ejemplo, en la carpeta «Impuestos», ordena las notificaciones fiscales por años en carpetas de distintos colores.
- Consigue una o varias bandejas para lápices y una papelera para el correo corriente. ¡O incluso una caja clasificadora para colocarla encima de tu escritorio!
- Si tienes cajones, opta por prácticos organizadores de cajones para guardar el material.
- Añade algunas cestas bonitas para esconder los equipos de alta tecnología, cables y auriculares de todo tipo.
- No olvides las cajas de cartón para guardar documentos que necesites conservar pero que no tengas que consultar muy a menudo. Y, por supuesto, una papelera para colocar debajo del escritorio.
- Por último, si tu escritorio da a la pared, ¿por qué no instalas unas estanterías para crear una zona de almacenaje extra?
3) Y ahora, ¡a ordenar!
Para que el resultado final sea estéticamente atractivo, asegúrate de que los colores y los materiales utilizados estén en sintonía y no desentonen. Puedes optar por un aspecto natural, por un espacio muy colorido, por un ambiente más serio… Para inspirarte, deja que hablen tu gusto y tu imaginación.
Ahora sólo tienes que utilizar todos estos bonitos accesorios para reorganizar tu oficina y darle un nuevo aire. Una vez que todo haya encontrado su lugar, decide qué debe permanecer visible y qué prefieres ocultar.
Por último, dale a tu despacho un toque decorativo y personal añadiendo una lámpara original, una planta verde o una foto que te traiga recuerdos bonitos. Estos pequeños detalles harán que tu espacio de trabajo sea más acogedor y te animarán a pasar el tiempo sin agobiarte.
